domingo, 27 de octubre de 2013

Comienzo - Cap 1



Londres era magnífico, su gente, sus lugares, sus esculturas, ¡Sus Starbucks! Mi amiga Ambar y yo fuimos de viaje allí porque realmente nos gustaba, y queríamos pasar de España por una vez.
El viento hacía que nuestro cabello se revolviese y no pudiésemos ver dónde estaban nuestras maletas, aunque un chico joven, de unos 19 años, como nosotras nos ayudó a subirlas al taxi que nos llevaría a nuestro apartamento, donde pasaríamos los 3 meses más fantásticos que pudiésemos imaginar.
El taxi iba a una velocidad que me permitía mirar través de la ventana todo Londres, sus calles estaban repletas de gente abrigada, ya que en Otoño allí siempre hace mucho frío, con tiendas luminosas y edificios altos, pero lo que más me llamó la atención, fue un aparato que servía para llamar a gente en la calle, era rojo y muy llamativo. Una vez que llegamos al apartamento, metí toda mi ropa en mi armario y mi amiga en el suyo, caí rendida a la cama del tremendo viaje pero mi amiga se estaba maquillando, y eso me llamó mucho la atención, me senté encima de la cama y reí.
-¿Pero qué estás haciendo? -Le pregunté a carcajadas.
-Me estoy maquillando para salir de fiesta esta noche, tú deberías hacer lo mismo.
Su tono de voz me hacía ver que eso no iba en broma.
-¿¡Pero qué dices?! ¡Acabamos de llegar!
-Sí, ¡Pero no hay que perder ni un sólo día de diversión en esta ciudad!
-Irás tú sola, yo no pienso ir. -Me negué mientras me hacía un moño para dormir.
-¡Oye sólo son las tres! ¿Qué haces? ¡Pareces un oso hibernando!
-Aveces me gustaría serlo. 
-Vamos por favor, sólo esta noche, mañana te prometo que te dejaré dormir como nunca.
Mis ojos se clavaron en ella durante más de un minuto, al fin y al cabo era buena persona... ¡Mañana dormiría más! ¿Por qué no?
-En fin, supongo que si muero hoy te sentirás culpable toda la vida, supongo que algo bueno tiene que tener. -Suspiré.
-¡Sí, sí, sí! ¡Chantelle eres la mejor! ¡Hasta te pagaré la lápida! -Rió, le lancé una mirada amenazante y después eché a reír sin remedio.
Las horas pasaron hasta que fueron las nueve, yo elegí el peinado de Ambar y Ambar el mío, ella llevaba un moño y yo mi inmenso pelo largo hasta la cintura.
-¡Eres jodidamente preciosa Chantelle!
-Tú eres una jodida mentirosa, mírate, estás perfecta. -Susurré yo haciéndole un gesto para que se mirase al espejo.
Ella sonrió, cuando de pronto el pitido de un taxi nos asustó.
-¡Corre, llegamos tarde! -Me gritó Ambar mientras me cogía del brazo a toda prisa para ir al taxi.
Llegamos a tiempo a su amada fiesta, era al aire libre pero había una sala V.I.P cubierta al final de la fiesta.
Ambar me llevó a la pista de baile.
-Ambar, espera. -Le reprimí yo.- Voy a por un Coca-Cola, tía ves lenta.
Me fui bastante cabreada a por mi bebida.Cuando de pronto el camarero me dice que un chico me había invitado a una cerveza.
-Yo no bebo. -Respondí amenazante.
-¡No que va! -Me gritó dirigiéndose hacia mí.- Me vas a hacer caso, ¿Vale?
Sus manos encerraron a mis muñecas y me acercó a él lentamente.
-¡Suéltame imbécil! -Grité.
-Quieta -Dijo, la amenaza se hacía notar a medida que iba hablando.- Si no quieres que te pase nada malo.
Un chico de pelo rizado oscuro, de unos 20 años le empujó bruscamente.
-Deja a la chica en paz, ¡Métete con alguien de tu edad! -Exclamó asesinándole con la mirada.
De repente, como si nada, me quedé completamente quieta con un nudo en la garganta, al ver que velozmente se estaban propagando golpes, patadas y puñetazos. Como si de magia se tratara la cosa, me vi con la policía que me estaba calmando.
-Tranquila, ya hemos detenido a ese bruto. Lo llevaremos a la comisaría.
-Gracias -Fue lo único que pude decir.
-Denada.
El silencio se hizo entre los guardias y yo, hasta que lo pude romper.
-¿Dónde está el chico que me defendió? -Dije con un hilo de voz.
-En la sala V.I.P ¿Sabe dónde está?
Asentí rápidamente y me dirigí hacia esa sala, al verla la pude recorrer con la mirada antes de inspeccionar por mi cuenta el exterior. Cuando por fin me decidí a entrar toqué tres veces la puerta. El mismo chico de pelo rizado me invitó a pasar. Yo pasé y cerré los ojos, solamente diciéndole unas tristes palabras suspirando.
-Gracias de verdad... 
Cuando los abrí, me di cuenta de que había más gente en la sala, otros 4 chicos más, todos de una gran belleza. Pero me quedé deslumbraba por uno, que parecía un niño de 10 años con esa mirada inocente, era el único rubio de todos, con unos ojos verdes deslumbrantes, no sabía por qué pero todos ellos me sonaban.
-Denada preciosa. -Respondió al fin el de pelo rizado, yo me di la vuelta dispuesta a irme pero el joven no me cedió el paso y se acercó a mí.
-Déjame pasar. -Le amenacé, y al mismo tiempo alcé mi mano, no sabiendo muy bien por qué, si no le haría daño con ese cuerpo tan ejercitado.
-¿No eres de aquí verdad? Ese inglés tuyo no suena peculiar. -Sonrió de lado.- ¿Tengo razón?
-¿Quién te crees que eres? -Exclamé yo enfurecida.
Uno de los chicos de atrás le susurró a otro:
-Esta vez Harry no va a ligar.
-¿Harry? -Pregunté yo- ¿Te llamas Harry? 
-Sí, y tú eres... -Dijo sin dejarme pasar.
-Yo soy la que te va a pegar un guantazo como no me dejes pasar.
-Oh... La gatita saca las uñas.
-Hazza, -Lo llamó el de ojos verdes.- Deja a la chica...
-Déjame llevarte a casa. - Me susurró Harry.
-¡Estúpido imbécil! -Grité enfurecida del todo, le empujé y pude salir de una vez.
Llegué al apartamento sola, y muy cabreada, me puse el pijama y me fui a dormir.

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